Aviso:
“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR,
ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES),
EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS,
Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

miércoles, 16 de marzo de 2011

Historia concetacionista


"5 millones de chilenos sufren con el Transantiago, los sueldos se mantienen, la inflación sube, la delincuencia va en aumento, la salud pública peor que antes, la educación igual. Los que critican el modelo económico del Gobierno Militar se hacen ricos en el Congreso con sus sueldos." (Opinión vertida por un ciudadano en "BBC pregunta si hace 20 años llegó la Alegría a Chile", Cuerpo D Reportajes, diario El Mercurio, Domingo 05 de Octubre de 2008, página 8).


Hoy se conmemoran 20 años de aquél plebiscito en donde los ciudadanos optaron por un “NO, Chile la alegría ya viene”. Y es que quedando pocas horas del día 5 de Octubre de
1988, se dio el cómputo final que decidió el término del Gobierno del ex- presidente Augusto Pinochet, dando paso en 1990 a la era de la Concertación de Partidos por la Democracia.

Con la misma energía que, en ese entonces,
se coreaba el pegajoso single de la franja del No, es válido responder si Chile tras estos 17 años y fracción de gobierno actual ha alcanzado la tan mentada alegría. Tal vez los 16.000.000 de habitantes no coincidan con la opinión citada más arriba, pero le aseguro que la mayoría sí lo hace –claro, los que se dan el tiempo de reflexionar sobre estos tópicos-.


Sorprende la actitud de Ricardo I-el mismo que apuntaba con el dedo desafiante en el Canal del Angelito-, que se enfada cuando es sujeto pasivo del índice indicador en el programa Estadio Nacional de TVN. A propósito del tema de que las autoridades máximas de la Administración están encargadas de las políticas públicas, don Ricardo I hacía alusión a que en épocas de la Dictadura nuestro país tuvo un paupérrimo crecimiento y desarrollo; en cambio, es en la época del Arco Iris donde Chile destaca por su desarrollo en Políticas Públicas, siendo causa inmediata de éste logro la Concertación y su presidencia. Es ahí donde una panelista le señala “del Transantiago, también.”. Molesto, reacciona exclamando que eso es cierto, pero sin embargo la gente lo sigue apoyando, recordando un viaje hace un par de días en Ovalle –donde, por cierto, no hay Transantiago-.

Es legítimo que don Ricardo I mire y considere a sus simpatizantes, lo que se reprocha es que generalice y haga creer que esa es la opinión nacional sobre su persona y su gestión. Más aún, cuando esgrime la espada de la vieja confrontación de Dictadura y Democracia de éstos últimos 35 años, ante cualquier opinión que corone –no con laureles sino con espinas- el desempeñó de su coalición. No sólo es poco decoroso las respuestas que hacen revivir trasnochadas odiosidades sino que la arrogancia con que postula la imposibilidad de una alternancia en el poder, estimando no necesario un descanso y reestructuración de la Concertación. Es preciso mencionarle: ¡ Don Ricardo, el Arco Iris se está descolorando y desvaneciendo con la lluvia de las consecuencias de sus cuatro gobiernos”.
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